
Crisis en la salud pública de Tierra del Fuego: éxodo de profesionales y falta de soluciones
Médicos y especialistas abandonan la provincia por bajos salarios y altos costos de vida, mientras el sistema sanitario colapsa. Reclaman políticas urgentes para frenar la fuga y garantizar la atenció
Médicos y especialistas abandonan la provincia por bajos salarios y altos costos de vida, mientras el sistema sanitario colapsa. Reclaman políticas urgentes para frenar la fuga y garantizar la atención.
La salud pública en Tierra del Fuego atraviesa una crisis, el éxodo de profesionales médicos, sumado a la falta de diálogo entre el gobierno y los gremios, ha dejado al sistema en una situación apremiante. En medio de un invierno riguroso, la población enfrenta demoras en las atenciones y servicios reducidos, mientras las autoridades no logran consensuar medidas concretas para retener a los trabajadores de la salud.
Daniel Romero, secretario de Siprosa, describió la situación como «compleja y crítica». En declaraciones a Radio Provincia ,detalló que, solo en junio, un odontólogo y una psiquiatra pediátrica abandonaron la provincia, sumándose a una lista creciente de profesionales que emigran por salarios insuficientes. «La canilla está abierta, y no hay forma de cerrarla», afirmó, refiriéndose a la fuga constante de especialistas.
El problema central radica en los bajos ingresos, que no cubren los altos costos de vida en la provincia. Según Romero, una familia tipo en Ushuaia necesita casi dos millones de pesos mensuales para subsistir, mientras que los profesionales de la salud requieren alrededor de tres millones para afrontar gastos básicos, como alquileres y formación continua. «Estamos hablando de profesionales en situación de pobreza», lamentó.
La falta de respuestas en las mesas paritarias agravó el conflicto. A pesar de las reuniones con el gobernador, las negociaciones no han arrojado resultados tangibles. Los sindicatos denuncian que las propuestas oficiales, como un aumento del 4% al salario básico, son insuficientes. Mientras tanto, las medidas de fuerza, como paros y asambleas, continúan, aunque los trabajadores aseguran mantener la atención mínima para no perjudicar a la población.
La situación se complica por la insularidad y el reducido mercado laboral local. «Formar un médico lleva entre 10 y 15 años, y traerlo a la isla es aún más difícil», explicó Romero. Además, criticó la ausencia de políticas de prevención y la sobrecarga en los centros de atención primaria, que han tenido que adaptarse para funcionar como guardias improvisadas debido a la alta demanda.
El municipio de Río Grande, en contraste, ha incorporado nuevos profesionales, lo que evidencia una disparidad en las estrategias sanitarias dentro de la misma provincia. Sin embargo, Romero advirtió que el sistema público en su conjunto está saturado por el traslado de pacientes desde el sector privado, producto de la crisis económica nacional.
Mientras tanto, los reclamos por mejoras salariales y condiciones laborales se extienden a otros trabajadores de la salud, como mucamas y personal administrativo, cuyos gremios, según Romero, no han sido tan visibles en la lucha. «El quirófano no funciona si no se limpia», recordó, subrayando la necesidad de un abordaje integral.
Con una asamblea multitudinaria en Ushuaia y una marcha en Río Grande, los profesionales insisten en la urgencia de soluciones. «No queremos dejar a la población desatendida, pero el reclamo es impostergable», afirmó Romero. La próxima semana, una nueva mesa técnica intentará destrabar el conflicto, aunque la expectativa es escasa. Mientras tanto, la salud pública fueguina sigue en terapia intensiva.