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Desde Camuzzi defienden el nuevo cuadro tarifario y aseguraron que no hay más aumentos previstos para el resto del año

Desde de la empresa distribuidora señalaron que las tarifas tenían al menos 6 años de atraso y señalaron que no se trata de una decisión propia sino de modificaciones de las tarifas en boca de pozo im

Desde Camuzzi defienden el nuevo cuadro tarifario y aseguraron que no hay más aumentos previstos para el resto del año

Desde de la empresa distribuidora señalaron que las tarifas tenían al menos 6 años de atraso y señalaron que no se trata de una decisión propia sino de modificaciones de las tarifas en boca de pozo im

En declaraciones a FM La Isla, Rodrigo Espinoza, responsable de recursos institucionales de Camuzzi gas del Sur, habló acerca de los aumentos en la tarifa, que en algunos casos superan el 1000%.

El respecto, el gerente señaló que, a partir de abril, por disposición de las autoridades de la Nación rige un nuevo cuadro tarifario y explicó que “la cara visible es Camuzzi, sin embargo, prácticamente no participa en esa factura que lo usuarios están abonando, porque Camuzzi es la cara final de una cadena energética donde hay muchos actores involucrados”.

“Es importante destacar que con esta factura que estamos viendo en la calle, los usuarios están pagando en el 90% de la factura el valor del gas, que no es de Camuzzi, Camuzzi le compra a un tercero, el gas les corresponde a los productores de hidrocarburos y Camuzzi lo termina distribuyendo”, detalló y señaló que la incidencia de Camuzzi en la factura es solo del 8%.   

  Sin perjuicio de ello, Espinoza señaló que la tarifa d gas tenía al menos 6 años de atraso lo que, a su entender, al momento del ajuste hace que el salto de precios sea muy pronunciado. “El gas estaba muy muy bajo, por supuesto que no remunera la actividad per sé, estábamos percibiendo precios tremendamente bajos. Hoy con estos cuadros tarifarios, la Argentina está pagando un gas en promedio de 2,50 dólares, en el mundo está 13 dólares”.

Además, el gerente señaló que el subsidio por zona fría se mantendrá en las condiciones que se venía dando, lo cual representa una cobertura del 50% sobre la tarifa para los usuarios.

Paralelamente, Espinoza recordó que sigue vigente el sistema de RASE (registros de acceso a subsidios a la energía), que divide a los usuarios en 3 categorías en función de sus ingresos: altos ingresos, clase media y clase baja. Vale señalar que para altos ingresos la quita del subsidio es total, mientras que para el segmento de bajos ingresos se mantienen en un 100% la cobertura, Para los hogares de clase media, hay un subsidio al precio del hidrocarburo en boca de pozo hasta cierto nivel de consumo, luego del cual el usuario comienza a pagar la tarifa sin coberturas.

Espinoza señaló que, sin dejar de lado los abultados porcentajes de los que se habla respecto de los tarifazos, el impacto de la nueva tarifa de gas en los ingresos no es tan fuerte y ejemplificó “los usuarios residenciales R1 antes de los aumentos estaban pagando en promedio $900”, número que según expreso devienen del promedio anualizado de la categoría de clase baja. Sin embargo, detalló que un usuario que hasta el mes de marzo pagaba $2.600 pasó a pagar cerca $15.000, y concluyó en que en comparación con otros bienes de la economía no resulta un precio tan descabellado.

En lo que refiere a los usuarios comerciales, donde se registraron casos en los que la factura de gas pasó de 200 mil pesos a dos millones, Espinoza justificó el impacto en los fuertes consumos que registran las actividades y remarcó que “si bien los porcentajes pueden sonar rimbombantes, cuando uno lo pasa a pesos no es tal”.

“Los datos hoy nos están demostrando por lo menos en los usuarios residenciales, que hay un enorme esfuerzo y compromiso y las facturas se están abonando en los mismos niveles que se abonaron históricamente”, dijo el representante y sumó que “hay una cuestión que también está asociada a consumo, que no significa que esté bien o mal, simplemente que hay un correlato asociado del consumo a nuevos precios”.

“En el ámbito de la PBA, los usuarios de la tarifa social por ejemplo, en 2023 han consumido 25% más que en 2022, y ¿qué explica esto, frio? No, porque comparamos frio contra frio, explica que cuando la factura empieza a perder un orden en términos económicos producto de congelamientos tarifarios, también se deja de percibir el valor de esa energía”, dijo Espinoza y sumó, “cuando las cosas salen muy poco, que en general era lo que pasaba en todo el país, hay una tendencia en algunos segmentos de usuarios que tienden a consumir un poco más o directamente ano cuidarlo”, al tiempo que aclaró que esto no aplica directamente en zonas frías donde  el factor climático obliga al uso.

Finalmente llamó a considerar que no hay aumentos previstos a la tarifa, tanto en el precio en boca de pozo como a la tarifa final.     

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