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Tensión en el Gobierno por críticas al costo de vida: Caputo contraataca a Darín en medio de la polémica por los precios

El ministro de Economía reaccionó con virulencia ante las declaraciones del actor sobre la inflación, desatando una campaña oficialista en redes.

Tensión en el Gobierno por críticas al costo de vida: Caputo contraataca a Darín en medio de la polémica por los precios

El ministro de Economía reaccionó con virulencia ante las declaraciones del actor sobre la inflación, desatando una campaña oficialista en redes.

La preocupación por el alza descontrolada de los precios de los alimentos volvió a ocupar el centro de la escena política luego de que el reconocido actor Ricardo Darín cuestionara, durante su participación en el programa de Mirtha Legrand, el impacto del costo de vida en la población. Sus palabras, sin embargo, desencadenaron una inusual reacción del ministro de Economía, Luis Caputo, quien respondió con ironía y desdén, generando un debate que trascendió lo anecdótico y expuso la sensibilidad del Gobierno frente a las críticas sociales.

El detonante fue una reflexión aparentemente sencilla: Darín mencionó que una docena de empanadas cuesta 48 mil pesos, ilustrando así la dificultad de las familias para afrontar gastos cotidianos. La metáfora, sin embargo, fue interpretada como un desafío por el oficialismo, que rápidamente movilizó sus redes para desacreditar al actor, incluso con intervenciones del propio presidente Javier Milei, quien publicó una imagen generada por inteligencia artificial mostrando a Darín con una empanada de oro.

La respuesta desproporcionada
Caputo, en lugar de abordar el fondo del reclamo —la pérdida de poder adquisitivo—, optó por ridiculizar la comparación. En una entrevista televisiva, aseguró que las empanadas "no valen eso" y acusó a Darín de referirse a establecimientos de lujo, ignorando que el actor había utilizado el ejemplo como símbolo de una problemática más amplia. "Quedate tranquilo, Ricardo, la gente come empanadas ricas por 16 mil pesos", ironizó el ministro, mientras cuadros libertarios y trolls oficialistas inundaban las redes con precios alternativos en un intento por minimizar el malestar social.

Darín, conocido por su postura crítica hacia gobiernos de distintos signos políticos, respondió con templanza pero firmeza. Cuestionó el tono despectivo de Caputo —quien lo llamó "Ricardito"— y recordó que su intervención no era un ataque personal, sino una alerta sobre la realidad que enfrentan millones de argentinos. "Si empezás a tener miedo de decir lo que pensás, sin ofender a nadie, estamos en problemas", afirmó el actor, defendiendo el derecho a expresarse en democracia.

Los números que el Gobierno evade
Más allá del cruce, los datos oficiales respaldan la preocupación de Darín. Según el IPCBA, el índice de inflación porteño acumula un 218% desde que Milei asumió, pero el precio de las empanadas aumentó un 240% en el mismo período. En abril, este producto subió 1,5 puntos por encima de la inflación mensual, mientras que en los últimos doce meses registró un incremento del 80%, contra una variación general del 52%.

La escalada de precios no se limita a las empanadas. Un informe de la consultora PxQ reveló que Argentina tiene los costos en dólares más altos del mundo, incluso en alimentos básicos. Tres kilos de asado equivalen hoy al valor de una licuadora, y un menú familiar en un restaurante modesto supera el 10% del salario promedio. Peor aún: seis docenas de empanadas pueden costar lo mismo que un televisor de 32 pulgadas, evidenciando la distorsión entre ingresos y bienes esenciales.

El mensaje detrás de la polémica
El episodio dejó al descubierto la estrategia del Gobierno: negar la dimensión social de la crisis y convertir cualquier crítica en una batalla cultural. Darín no hablaba de empanadas, sino de un sistema de precios que ahoga a los sectores medios y bajos, agravado por una devaluación que encareció todos los productos. Sin embargo, la administración Milei prefiero el sarcasmo antes que reconocer el problema.

Mientras el oficialismo insiste en culpar a "la casta" o al "colchón" de dólares, los números muestran una realidad incontestable: los salarios pierden contra la inflación, las paritarias están congeladas y los alimentos se cotizan como artículos de lujo. La anécdota de las empanadas, lejos de ser trivial, se convirtió en un símbolo de lo que el Gobierno se niega a ver.

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