
Protesta masiva, caminata suspendida
Protestas gremiales y sociales forzaron la suspensión de la caminata presidencial. Milei habló brevemente en la San Martín rodeado de vallados y fuerte custodia.
El día en Ushuaia comenzó con un clima enrarecido. Desde temprano, carteles, pintadas y banderas anticipaban el rechazo social a la llegada del presidente Javier Milei. Las consignas —“La Patria no se vende”, “Fuera Milei”— cubrieron el centro de la ciudad como prólogo de una jornada de tensión creciente.
La primera parada de Milei fue la planta Newsan, donde la UOM (Unión Obrera Metalúrgica) y ASIMRA organizaron una protesta frente a los portones. Ambos gremios denunciaron el impacto de las políticas nacionales sobre la industria fueguina, con miles de puestos de trabajo en riesgo. Paralelamente, el SUTEF convocaba en el centro de Ushuaia a un “Banderazo por la Soberanía”, acompañado por la CGT local y vecinos autoconvocados que rechazaban el ajuste, los recortes y la entrega de soberanía.
El operativo de seguridad fue total: calles valladas, accesos bloqueados y un cerco de Gendarmería y Prefectura que restringió la circulación. Esa presión en las calles llevó al gobierno nacional a suspender la caminata presidencial prevista por el centro de la ciudad, aunque Milei decidió hacer una breve aparición.
El encuentro tuvo lugar en la calle San Martín, frente al Hotel Albatros. Allí, militantes a favor y en contra se hicieron presentes, aunque solo los simpatizantes libertarios lograron acercarse gracias al vallado dispuesto por las fuerzas federales. Milei salió del hotel, tomó un megáfono y se dirigió a los suyos: “Gracias por acompañarnos y ser parte de esta gesta histórica”, expresó.
El presidente pidió “no aflojar” y aseguró que “sabemos que todavía falta, pero vamos por el buen camino”, destacando que, según él, “bajó la inflación, la inseguridad, la pobreza y la indigencia, todo abrazando las ideas de la libertad”. Cerró su breve alocución con una consigna de campaña: “La Libertad avanza o la Argentina retrocede”. Tras ello, él y su comitiva se retiraron en medio de una custodia reforzada.
La cronología del día muestra una escalada: primero la resistencia gremial en las fábricas con UOM y ASIMRA, luego la adhesión docente con el banderazo, y finalmente la presión ciudadana en las calles céntricas. Una combinación que obligó a suspender la caminata y redujo la visita presidencial a un breve discurso entre vallas y fuerzas de seguridad. Ushuaia se convirtió hoy en el epicentro de un rechazo sindical, docente y social que marcó la agenda política nacional.