
Senasa flexibiliza las condiciones sanitarias para el ingreso de carnes y material reproductivo a la Patagonia
La medida, publicada en el Boletín Oficial, elimina una restricción vigente por más de 20 años y genera rechazo en gobernadores y sectores rurales de la región.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) modificó este martes las normativas sanitarias para permitir el ingreso de carnes (con y sin hueso), derivados cárnicos y material reproductivo desde zonas libres de fiebre aftosa con vacunación hacia áreas del país donde no se aplica la inmunización. La decisión, que incluye a la Patagonia, pone fin a una restricción que se mantenía firme desde hace más de dos décadas y que había sido respaldada recientemente por los mandatarios Alberto Weretilneck y Rolando Figueroa, gobernadores de Río Negro y Neuquén, respectivamente.
La resolución 180/2025, publicada en el Boletín Oficial, establece nuevos lineamientos para el procesamiento, maduración, envasado y transporte de productos cárnicos, además de fijar requisitos específicos para el material reproductivo. Desde el Gobierno nacional, se argumentó que la medida se alinea con las recomendaciones de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y busca garantizar la salud del ganado y la seguridad de los alimentos, sin afectar el comercio interno ni las exportaciones.
«Con esta decisión, el Senasa refuerza su compromiso con la sanidad animal y la bioseguridad de la producción agropecuaria argentina, asegurando que los controles sean eficientes y acordes a los estándares internacionales», destacaron desde el organismo. Además, se enfatizó que el objetivo es mantener el equilibrio entre la protección sanitaria y la fluidez comercial, tanto a nivel local como global.
Rechazo de los gobernadores y sectores rurales
La apertura de la barrera sanitaria no estuvo exenta de controversias. Weretilneck y Figueroa, junto con representantes de la Sociedad Rural de Neuquén, manifestaron su desacuerdo con la medida. En junio del año pasado, el gobernador neuquino había enviado una carta al titular del Senasa, Pablo Cortese, expresando su oposición a cualquier intento de eliminar la restricción en la región.
Figueroa argumentó que flexibilizar el estatus sanitario de la Patagonia representa «un retroceso en el posicionamiento internacional alcanzado y un desprecio al esfuerzo conjunto del sector público y privado». Además, advirtió que la medida podría poner en riesgo el estatus de «libre de fiebre aftosa sin vacunación», un logro que distingue a la región en el mercado global.
El debate sobre la barrera sanitaria no es nuevo. En enero de 2024, el diputado de La Pampa, Martín Ardohain, impulsó una propuesta para modificar los límites de la restricción, lo que generó una reacción inmediata de las entidades rurales de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Neuquén y el partido bonaerense de Carmen de Patagones. Estas organizaciones se unieron para rechazar la iniciativa, argumentando que cualquier cambio podría comprometer la integridad sanitaria de la región.
Implicancias y perspectivas
La decisión del Senasa marca un hito en la política sanitaria argentina, al eliminar una barrera que había sido considerada esencial para proteger el estatus sanitario de la Patagonia. Sin embargo, la medida también abre un nuevo capítulo en el debate entre quienes defienden la protección estricta de las zonas libres de aftosa sin vacunación y aquellos que buscan facilitar el comercio interno y la integración productiva.
Mientras el Gobierno nacional insiste en que la medida no compromete la seguridad sanitaria, los críticos advierten sobre posibles riesgos para la reputación internacional de la región. El desenlace de este conflicto podría definir no solo el futuro de la producción ganadera patagónica, sino también el equilibrio entre la protección sanitaria y las demandas comerciales en el sector agropecuario argentino.