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Pablo Grillo abandona la terapia intensiva tras 83 días de lucha por su vida

El fotógrafo, gravemente herido por una granada de gas lacrimógeno durante la represión a jubilados, inicia una nueva etapa en su recuperación. Su familia denuncia la impunidad del autor del disparo.

Pablo Grillo abandona la terapia intensiva tras 83 días de lucha por su vida

El fotógrafo, gravemente herido por una granada de gas lacrimógeno durante la represión a jubilados, inicia una nueva etapa en su recuperación. Su familia denuncia la impunidad del autor del disparo.

Ochenta y tres días después de que un proyectil de gas lacrimógeno impactara en su cráneo, Pablo Grillo dejó atrás la sala de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía. El fotoperiodista, quien sobrevivió a cinco cirugías y a un pronóstico inicial desalentador, comenzó este martes un nuevo capítulo en su proceso de rehabilitación.

El hecho ocurrió el 12 de marzo, durante una violenta represión contra jubilados que se manifestaban en las inmediaciones del Congreso. Un disparo efectuado por el gendarme Héctor Jesús Guerrero alcanzó a Grillo en la cabeza mientras este se agachaba para tomar una fotografía. La gravedad de sus heridas lo mantuvo al borde de la muerte, pero tras semanas de incertidumbre, su evolución sorprendió incluso a los médicos.

"De a poco empieza a entender la dimensión de lo que vivió", relató Fabián Grillo, su padre. "Sabe del apoyo masivo que recibió, pero también de la brutalidad de lo que le hicieron". Entre las muestras de solidaridad, destacan las visitas de colegas, amigos e incluso del ídolo de Independiente, Ricardo Bochini, club del cual Pablo es ferviente seguidor.

Uno de los momentos más emotivos llegó horas antes de su alta, cuando le regalaron una nueva cámara fotográfica. "La fotografía es su alma", explicó Kaloian Santos, colega y amigo cercano. "Verlo sonreír así, sabiendo que por fin salía, fue increíble".

La larga batalla médica

El subdirector del Ramos Mejía, Juan Pablo Rossini, recordó que Grillo ingresó en "estado crítico, mucho más grave de lo que se informó". Requirió ventilación mecánica, múltiples cirugías de urgencia y enfrentó complicaciones hasta hace apenas una semana. "Verlo ahora, lúcido y contento, nos emociona profundamente", admitió.

Sin embargo, el camino por delante sigue siendo arduo. En el Hospital Rocca, Pablo iniciará una evaluación general antes de someterse a meses de terapia física y psicológica. Además, deberá ser intervenido nuevamente para colocarle una prótesis craneal, ya que parte de su cráneo quedó destruido por el impacto.

La impunidad del agresor y la violencia institucional

El informe forense confirmó que el disparo de Guerrero generó una "herida contusa compleja en el rostro" y una "fractura expuesta de cráneo", con "riesgo real y concreto de muerte". Pese a las pruebas contundentes, el gendarme aún no ha sido citado a declarar.

Fabián Grillo no oculta su indignación: "Mientras siguen reprimiendo, el Gobierno ni siquiera nos llamó para pedir disculpas". Criticó con dureza a la ministra Patricia Bullrich y al presidente Javier Milei, cuyo discurso, aseguró, "se basa en la destrucción".

"Pido a los que reprimen que no se dejen usar", imploró. "Que tengan un poco de humanidad y paren esta locura". Su reclamo adquiere especial relevancia ante la nueva marcha multisectorial convocada para este miércoles, donde se teme un nuevo escalamiento de violencia.

Mientras tanto, Pablo Grillo, con su cámara nueva y el apoyo de quienes lo acompañaron en los peores momentos, sigue reconstruyéndose. No solo como paciente, sino como símbolo de resistencia frente a la represión.

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