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Salud mental en tensión: “No se puede evaluar a una persona fuera de su contexto social”

El Dr. Agustín Pérez, psiquiatra y subsecretario de Salud de Río Grande, analiza el deterioro del bienestar emocional en la Argentina y anticipa el III Congreso de Salud Mental Comunitaria en Tierra del Fuego.

Salud mental en tensión: “No se puede evaluar a una persona fuera de su contexto social”

El Dr. Agustín Pérez, psiquiatra y subsecretario de Salud de Río Grande, analiza el deterioro del bienestar emocional en la Argentina y anticipa el III Congreso de Salud Mental Comunitaria en Tierra del Fuego.

La salud mental ha dejado de ser un asunto de consultorio para transformarse en una preocupación transversal. Ya no se trata solo de diagnósticos individuales, sino de contextos colectivos. En medio de un clima social atravesado por la incertidumbre, la desigualdad y la violencia estructural, las patologías emocionales emergen —o se profundizan— con fuerza. Así lo advierte el Dr. Agustín Pérez, psiquiatra y subsecretario de Salud de Río Grande, quien se prepara para coordinar el III Congreso de Salud Mental Comunitaria en Tierra del Fuego.

“La persona es un ser biopsicosocial. No podemos evaluarla por fuera de su contexto histórico, económico, cultural. Ya no se puede pensar a la salud mental como algo aislado, como una patología individual”, sostiene Pérez con tono calmo pero firme, en diálogo con FM La Isla.

La afirmación no es menor. Llega en un contexto donde los indicadores nacionales en materia de bienestar emocional se deterioran a un ritmo acelerado. Según un reciente informe de la Universidad Católica Argentina (UCA), dos de cada diez argentinos han visto empeorar su salud mental en el último tiempo. El dato fue publicado por Infobae, y sirvió como punto de partida para la charla con el funcionario.

“Vivimos en un país que no deja mucho espacio para la reflexión prolongada”, admite Pérez. Pero aun así, sostiene, es necesario hacer el esfuerzo. La salud mental es un campo demasiado importante como para ser relegado al último lugar de la agenda pública.

Diagnósticos sin fronteras

En septiembre, mes donde se conmemora el Día Mundial de Prevención del Suicidio, las estadísticas vuelven a ocupar el centro del debate. Y no son alentadoras.

“Argentina tiene una tasa de suicidio de 9.6 cada 100.000 habitantes, según datos del Ministerio de Seguridad del año 2024. Es un poco superior a la media global, que es de 8.3 según la OMS. Pero hay países que están en situaciones mucho más críticas. Groenlandia, por ejemplo, supera los 60 puntos”, explica Pérez.

¿Y cómo está Tierra del Fuego en ese mapa? La provincia, al igual que Santa Cruz y Chubut, muestra cifras por encima de la media nacional: 10.3. Sin embargo, el psiquiatra prefiere un enfoque menos alarmista y más contextual.

“Cuando me fui a estudiar, pensaba que mi ciudad era la peor del mundo. Después entendí que no era así. Hay provincias con indicadores mucho más graves, como Entre Ríos, que encabeza el ranking nacional. Y Uruguay, por ejemplo, tiene la tasa más alta de Latinoamérica”, compara.

Lo que intenta subrayar es que el suicidio es un fenómeno multicausal. No hay una sola explicación, ni una única vía para prevenirlo. “No podemos pensar que ocurre solo por el clima o por la falta de vitamina D. Esas cosas influyen, sí, pero no determinan. La prevención requiere una lectura integral y sostenida”.

Comunidad como antídoto

Con ese marco, el III Congreso de Salud Mental Comunitaria se presenta como mucho más que un evento académico: es el resultado de un trabajo paciente, sostenido y profundamente territorial. Se realizará el 17 y 18 de septiembre en Río Grande y el 19 en Ushuaia, con una programación pensada no solo para profesionales de la salud mental, sino también para fuerzas de seguridad, personal de salud, docentes, clubes, ONG, adultos mayores y organizaciones comunitarias.

“No hay salud mental sin comunidad. Es en el trabajo conjunto con la sociedad donde se logran verdaderos impactos. Lo sabemos por experiencia: cuando la comunidad participa, los cambios no solo son posibles, sino sostenibles”, afirma Agustín Pérez con convicción.

Pero ese trabajo no comenzó este año. Ni siquiera el anterior. Se remonta a cuatro años atrás, cuando —recién al frente de la Dirección de Salud Mental— Pérez decidió contactar, por correo electrónico, al Capítulo de Suicidología de la Asociación Argentina de Psiquiatras (APSA). “Fue un simple mail, un primer paso. A partir de ahí empezamos a construir. Nos respondieron, nos escucharon, y comenzamos a armar un camino en conjunto”, recuerda.

Ese contacto inicial derivó en reuniones técnicas, capacitaciones, asesoramiento profesional y, sobre todo, en la formación de un equipo local sólido, hoy compuesto por más de 30 profesionales fueguinos, que trabajan en los 15 dispositivos municipales de salud.

Primero se realizaron pequeñas jornadas temáticas. Luego, una serie de encuentros más amplios. En 2021 tuvo lugar la primera edición del Congreso. En 2022, la segunda. Y ahora, en 2025, llega la tercera edición con un alcance regional y con respaldo internacional.

“Los vínculos que fuimos construyendo no son esporádicos. Son redes vivas. Muchos de los disertantes ya conocen Tierra del Fuego, han recorrido nuestros dispositivos, han formado a nuestros equipos y se sienten parte de lo que está pasando acá”, destaca Pérez.

Uno de los aspectos más notables, y que el subsecretario subraya con emoción, es la predisposición absoluta de los disertantes a participar sin esperar una retribución económica.

“Ninguno de los profesionales que viene quiso cobrarnos un honorario. Y no porque no lo merezcan —todo lo contrario, son referentes de nivel internacional— sino porque creen en este proyecto, lo valoran, lo sienten propio”, enfatiza.

Entre los invitados figuran el Dr. Santiago Levin, presidente de la Asociación Latinoamericana de Psiquiatría; el Dr. Amarante, referente de la reforma psiquiátrica en Brasil; la Dra. Sandra Fuzul, de Uruguay; y profesionales argentinos de alto perfil como la lic. Andrea Ciliberto, la dra. Cecilia García, el Dr. Héctor Fernández y otros integrantes de APSA y CLACSO.

Muchos de ellos, además, participan del curso anual universitario que se dicta junto con la Universidad Nacional de La Plata, lo que refuerza los lazos formativos entre Tierra del Fuego y otras regiones.

“Formar profesionales fueguinos, con una mirada sensible al territorio, es parte central del objetivo. Y que esos mismos profesionales compartan aulas virtuales y presenciales con expertos de América Latina, es un lujo que no siempre se valora lo suficiente”, remarca Pérez.

La edición de este año tendrá una estructura doble: por un lado, actividades abiertas al público general y a sectores clave (como clubes deportivos, adultos mayores, estudiantes y asociaciones civiles), que se realizarán en el Colegio Don Bosco de Río Grande. Por otro, formaciones específicas para personal de primera línea (fuerzas de seguridad, defensa civil, salud mental, etc.), que tendrán lugar en paralelo en la Casa de la Cultura.

Además, por primera vez el Congreso se extenderá a Ushuaia, con una jornada especial en el Hotel Las Hayas, pensada para actores locales y provinciales.

“El crecimiento del Congreso no es casual. Es fruto de un trabajo colectivo, respetuoso, con continuidad y con objetivos claros: prevenir, formar, acompañar. No buscamos la espectacularidad. Buscamos transformación real”, concluye Pérez.

Un modelo con identidad

Pérez también subraya el rol protagónico que ha asumido Río Grande en materia de salud mental. “Muchos de los profesionales que vienen al Congreso ya conocen nuestro sistema. Han recorrido nuestros dispositivos, han formado parte de procesos, han aportado con ideas y acciones”, relata.

Lo que más les llama la atención, asegura, no es la estructura, sino el compromiso social. “En otras ciudades, convocar a una jornada es difícil. Acá la gente se compromete. No sólo asiste: quiere aprender, participar, formar parte. Esa actitud es clave. Porque sin comunidad, no hay prevención posible”, sostiene.

Una deuda que viene de lejos

El periodista que conduce la entrevista rescata una memoria personal: hace más de 40 años, al llegar a Tierra del Fuego, ya se hablaba —aunque sin datos ni estadísticas— de tasas de suicidio preocupantes en la región. La diferencia hoy es que hay herramientas, estudios y una voluntad colectiva para actuar.

Pérez coincide. Y cierra con una idea que trasciende el evento puntual:

“Los medios también son actores fundamentales. Ayudan a visibilizar, a instalar debates, a educar. Es parte de la misma red. Estamos todos en esto”.

El III Congreso de Salud Mental Comunitaria se realizará:

  • 17 y 18 de septiembre en el Gimnasio Don Bosco (Río Grande)

  • 19 de septiembre en el Hotel Las Hayas (Ushuaia)
    Entrada libre y gratuita.

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